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martes, 20 de marzo de 2012

Diabetes Tipo 1


Mi experiencia con la diabetes duró las dos terceras partes de mi embarazo. Tuve diabetes gestacional, y además fui de las que le costaba mucho controlarla, por mas que cumplía con las rigurosas comidas y el ejercicio no siempre las tenías todas conmigo. Es más, al final fue inevitable eludir los pinchazos de insulina porque descubrieron que, durante las noches, mi organismo se veía aquejado por algo llamado "Fenómeno del Alba". Al parecer, durante la noche se produce un aumento de las hormonas del crecimiento que se opone a la acción de la insulina. Créanme, resultaba muy frustrante el no poder controlarlo por mas que lo intentase.

Les cuento esto por tres razones. La primera, porque a raíz de ahí, yo misma, he sido siempre muy consciente de lo duro que es padecer esta enfermedad. Es duro llevar una vida de controles y cuidados. Es duro no tener la libertad y la despreocupación de la persona que no la padece. Pero debe ser aún mas duro si la padece un niño

La segunda razón es porque le hice una promesa a Mila del blog "Jaime, mi dulce guerrero". Le dije que la ayudaría en su cruzada de transmitir y dar conciencia acerca de la diabetes tipo 1. En su blog podrán encontrar respuestas a sus preguntas así como todo tipo de información al respecto. Ella está haciendo una labor encomiable, no solo con su difusión sino con su propio hijo. ¡Tu sí que eres una guerrera Mila!. 

La tercera razón es porque se que este tipo de diabetes se diagnostica principalmente a niños, adolescentes y adultos jóvenes. Es mi cometido aquí ayudar a otras madres a estar alerta para poder identificar la enfermedad. Comprendan que yo no soy médico sino una mera informadora. 


La insulina se necesita para movilizar el azúcar de la sangre (glucosa) hasta las células, donde se almacena y se utiliza después para obtener energía. En la diabetes tipo 1, estas células producen poca o ninguna insulina. Sin la insulina suficiente, la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo en lugar de entrar en las células y el cuerpo es incapaz de usarla para obtener energía. Esto lleva a los síntomas de diabetes tipo 1.

  • Mucha sed
  • Orinar frecuentemente
  • Sentir mucha hambre o cansancio
  • Pérdida de peso espontáneamente
  • Presencia de llagas que tardan en sanar
  • Piel seca y picazón
  • Pérdida de la sensación u hormigueo en los pies
  • Vista borrosa


Si observas en tu hijo estos síntomas, no dejes de acudir a un médico para que pueda efectuar los análisis pertinentes y dictaminar  si padece la enfermedad o no. No cuesta nada y le harás un bien a tu hijo identificando la enfermedad a tiempo.


viernes, 13 de enero de 2012

¡Vacunas Sí!


Comienzo por decir que no soy médico ni nada que se le parezca y que mis conocimientos sobre la materia, especialmente en lo que a vacunas se refiere, no van mas allá de los conocimientos populares y de aquellos en los que yo misma me he documentado por Internet o cualquier otro medio cada vez que tengo alguna duda (y siempre tratando de contrastar la información).

El caso es que siempre he estado a favor de las vacunas, de acuerdo a mis modestos conocimientos siempre he pensado que las ventajas de ponerlas son mucho mayores que las de no ponerlas y en eso me he basado. En eso, y en mi gran temor a un retroceso a siglos pasados donde las epidemias fueron caldo de cultivo para tantas generaciones.

Mi conocimiento popular, y el de la gran mayoría, radica en mis propias vivencias y de las personas que me rodean además de, como he dicho, en la información que yo misma busco. Es lógico pensar pues, que las personas que me rodean siguen prácticamente los mismos criterios que yo, con sus pequeñas diferencias y salvedades claro, a la hora de formar sus propias opiniones. 

Y en esta línea pues, me he encontrado con personas que en su infancia no fueron vacunadas, por ejemplo, y les fue bien, y es por ello que ahora se plantean hacer lo mismo con sus hijos. Es muy respetable, pero ante casos así no dejo de pensar en que esas personas no fueron vacunadas hace cuanto...¿treinta años?. Como he dicho, no soy experta en el tema pero quiero pensar que todos, incluidas las enfermedades, han evolucionado mucho desde entonces. Sigo pensando que la exposición a ellas totalmente desarmados es demasiado desventajosa.

También hay casos, los menos, en los que alguna vacuna les ha proporcionado muy malas experiencias. Siempre existirán, todos somos diferentes y no a todos nos afectan las cosas de la misma manera. De ahí el sentarnos a valorar los pros y los contras de nuestras acciones.


Muy a tono con este tema, al parecer el pediatra Carlos González está por estrenar un nuevo libro: "En defensa de las vacunas", así que le dejaré a él (y a todos los entendidos) toda la explicación, técnica o no, y desde su experiencia como pediatra. Como él mismo expresa en la entrevista que ha dado pie a que yo escriba este post;

" ...intento desmentir esas falsedades, y sobre todo explicar a los lectores la forma de buscar y contrastar la información", ya que, "...allí donde la crisis de los estados o la propaganda de los antivacunas ha hecho bajar la cobertura vacunal, se ha producido la catástrofe".
No pretendo establecer un dogma de las palabras de este señor pues, especialmente en temas de médicos, soy muy reacia a los endiosamientos, (y esto ya lo explicaré mejor mas adelante). Es solo que, en este caso, creo que expresa muy bien lo que vengo yo pensando desde hace tiempo.

Y para terminar, y que conste que sin ánimo de convencer a nadie a través del chantaje emocional y ni mucho menos desde el terror, adjunto un enlace hacia un archivo de audio de un bebé con tosferina que en su día me impactó. Yo misma no he sido capaz de poder escuchar más del segundo 7 (y son 34), pero no he podido olvidarlo, así que les puedo asegurar que este archivo hiere mucho la sensibilidad. En este caso, aviso, no lo escuches. Bebé con Tosferina.

¡VACUNAS SÍ!