Mostrando entradas con la etiqueta Parto. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Parto. Mostrar todas las entradas

viernes, 7 de octubre de 2011

Maravillosa Lactancia


Por estos días, y con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia, se está montando mucho revuelo en lo referente a amamantar en público. Comenzaré diciendo que mi experiencia con la lactancia fue maravillosa. Al principio fue algo duro, aunque no por la lactancia en sí sino porque te pasas todo el embarazo preparándote para tu bebé que está por llegar, arreglando su cuarto, adquiriendo todo lo que puedas necesitar para su nacimiento, etc... Todo se hace con un fin, el parto y el consecuente nacimiento de tan ansiado bebé. 

Claro, llega el momento en que por fin tienes a tu bebé y llegas a casa desde el hospital toda ilusionada, deseando poner en práctica todo lo que has aprendido y todo lo que llevas meses esperando para hacer y te das cuenta de que tu cuerpo no responde como quisieras. Estás cansada, y eso que mi parto fue muy bueno y corto en comparación con otros. Pues bien, estás cansada, esa episiotomía que te hicieron está empezando a fastidiar, perdiste mucha sangre y tienes anemia y para colmo tu cuerpo hierve y se prepara para una erupción, la subida de la leche. En mi caso, la matrona que impartió las clases de preparación al parto nos insistió mucho en que no claudicáramos a las primeras de cambio, que al comienzo iba a ser duro pero que pasados unos días todo cambiaría. Y yo la creí a pie juntillas y, ya sabiendo esa información, me enfrenté con coraje a todo. Luego vino un proceso de amoldarnos el peque y yo a la nueva situación y mas tarde todo fue maravilloso, como me habían prometido. Disfruté cada minuto, cada segundo en que daba el pecho a mi hijo, siendo consciente de la maravilla que estaba ocurriendo una y otra vez (que fueron muchas porque hay que ver cómo comía mi pequeño tragoncito...) y siendo consciente también de que esos momentos no volverían a repetirse. Y es que los niños crecen tan rápido, cuando a penas cumplen el año ya son tan distintos del bebé que viste nacer...

Di el pecho a mi hijo hasta algo mas de los seis meses. Era el tiempo que tenía pensado darle el pecho ampliable o no según las necesidades y/o exigencias de mi bebé. Resultó que mi bebé, en cuanto empezó a comer otros complementos fue dejando paulatinamente de tomar el pecho. Fue algo tranquilo, a su tiempo y relajado, sin traumas por ninguna de las partes, todo muy natural.

En lo referente a dar el pecho en público, pues mas de una vez me tocó hacerlo pero nunca tuve ningún problema, nadie me miró mal, ni cuchicheó, ni puso malas caras y eso que yo estaba muy atenta porque soy de las pudorosas. Eso de sacarme un pecho en público no podía hacerlo con total soltura, aunque lo aparentaba, o lo intentaba al menos. Personalmente, quizás por lo pudorosa o vergonzosa que soy o mas porque me pilló el período de lactancia en medio de un verano excesivamente caluroso, no nos resultaba cómodo ni a mi ni al bebé lo de dar el pecho en público, nada comparado a la comodidad del hogar, claro está. Lo que vengo a decir con esto es que si me gustaba mas amamantar en casa era mas por comodidad y disfrute de esos momentos entre mi peque y yo pero nunca me vi afectada por críticas si lo hacía fuera de casa.

Ahora bien, bajo mi experiencia, creo que no está tan mal visto el amamantar a un bebé en público como el amamantar a un niño de mas de dos años en público. Queda mucho, mucho, pero mucho, para conseguir cambiar ese prejuicio tan arraigado. Yo, la primera. Me he hecho el firme propósito de tratar de verlo con naturalidad y si, cuesta, sobretodo cuando te parece que esos niños tan grandes y ya con todos los dientes en la boca buscan el pecho por pura golosina, o para matar el aburrimiento, o para llamar la atención. Todo prejuicios. Pero ¿qué sabe una de lo que siente otra persona? y por último, ¿quien es una para privar de ese disfrute tanto a la madre como al niño?.

No seré yo la que tire una piedra contra las mujeres que deciden alargar la lactancia, pues como he dicho, dar el pecho a tu hijo es de las cosas mas maravillosas que he podido experimentar y, ¿quienes somos todos para negarle eso a una madre que simplemente ha querido disfrutar de esa maravilla durante mas tiempo?. 

miércoles, 13 de julio de 2011

Cinnamomum Verum


No podía dejar pasar la ocasión de hacer mención especial de la canela (Cinnamomum Verum). Su aroma y su sabor son de mis preferidos por no hablar de los efectos beneficiosos que posee. La canela tiene la capacidad de evocar momentos placenteros en mi, de traerme recuerdos de momentos especiales o no tan especiales y a su vez de darme esa especie de felicidad instantánea. Es uno de los elementos que siempre tengo presente cuando pienso en qué cosas me hacen feliz. Porque sí, soy de esas personas a las que le gusta lo sencillo, la simplicidad de lo hermoso o la hermosura de lo simple, y no necesito mas para saborear esos momentos preciosos.
 Levantarse por las mañanas y tener ese rato para degustar un buen capuccino con su toque de canela... Mmmm... sabrosa combinación la del café y la canela. Una mañana con aroma a café y a canela es grandiosa...y muchas mañanas son un regalo divino!


Y qué decir de los famosos rollos de canela (cinnamon rolls) que automáticamente me transportan a otro país donde viví y donde encontré otras formas de combinar la canela y más momentos de felicidad instantánea. Si es que lo importante no es el donde...es la canela!!


La lista de combinaciones es innumerable y no es mi intención hacer una enumeración de todas ellas sino explicar la sensación que produce. Pero sí tiene un atributo por el que le estoy muy agradecida. Atributo dudoso, debo decir, porque hasta ahora está avalado únicamente por la tradición y el boca boca popular.
A principios de mi embarazo, estando yo en el pueblo donde nació mi padre, una señora me dijo que cuando me pusiera de parto (que sin duda lo sabría cuando llegara el momento), me tomara una infusión de canela, una "agüita de canela" me dijo, y que eso haría que no tuviera muchos dolores de parto
Pues bien, casi no tuve dolores de parto, soy consciente de que tuvieron que influir un montón de factores y entre ellos todo el deporte que practiqué durante mi embarazo pero lo cierto es que confío en que la canela hizo su labor. Curiosamente no he encontrado documentación escrita al respecto. Son de esas "recetas de la abuela", que se van pasando de generación en generación.



Recientemente he leído, que uno de los beneficios medicinales que proporciona la canela es que cuando existen abrasiones o quemaduras en la lengua por comer o tomar cosas calientes, la barra de canela se chupa o lame para sedar el dolor y cicatrizar las papilas gustativas. Este beneficio si está escrito, habrá que probarlo pues aunque no es tan espectacular como el anterior lo cierto es que resulta muy útil.


Y ahora, tú, que estás leyendo estas líneas tómate un descanso, prepárate un rico capuccino o una infusión con su canela y degústalo escuchando esta canción tan apropiada. Y, ¡ay! cuida de no quemarte la lengua, aunque si se diera el caso ya sabes qué solución tomar... ;)



martes, 12 de julio de 2011

Soy Mamá

Soy mamá...tengo un hijo...




Mi hijo dentro de poco cumplirá los once meses y yo todavía tengo momentos de auténtico asombro al decir SOY MAMÁ. Y no es porque sea mala madre sino, mas bien, por falta de costumbre, porque es algo tan nuevo. Después de todo, hasta ahora mamá era mi madre y ella tenía la exclusiva, en nuestro pequeño núcleo familiar, claro.
Pues bien, como decía, mi hijo está próximo a cumplir los once meses y no ha sido hasta ahora que he empezado a encontrar mi propio yo, no, no estaba perdida, mas bien estaba ocupadísima en un montón de prioridades que no me incluían a mí misma. A estas alturas puedo decir que mi hijo está al día en todo, mi marido también y todo el resto de cosas, el resto de cosas, pues no. Del resto de cosas he hecho lo básico para seguir avanzando pero poco mas. No es que no salga, si lo hago, y mucho, pero no me arreglo como antes. No es que no haga nada en casa, lo hago, y está limpia, y cocino y lavo pero los armarios aún tienen ropa de cuando estaba embarazada.
En conclusión, que para que yo despertara todo tenía que pasar por encontrarme a mi misma, empezando por bajar esos kilitos de mas para sentirme mejor, que no es plato de buen gusto el abrir el armario y no encontrar nunca qué ponerte. Y como siempre me he negado a comprarme ropa cuando estoy pasada de peso pues no queda otra. 
No formo parte de las famosas ni de las no tan famosas, que recuperan la figura según dan a luz, y nunca falta la que te dice que incluso después del parto se quedó mas delgada que cuando se quedó embarazada y te intenta mirar con pena. Y digo intenta porque solo es intención, yo no dejo que se convierta en nada mas. Si no he bajado esos kilitos de más es porque simplemente no me lo he propuesto y porque para mi, no era el momento. Ahora sí lo es y estoy contenta con ello. Bueno, me lo propuse una vez, poco después de la cuarentena y durante la lactancia. Lo dejé, por esos días no habían rutinas para mí, y los tiempos los marcaba mi hijo y contenta me entregué a ese momento. 
Y que nadie se ofenda, el hecho de no tener tiempo no te hace mala madre. A algunas les da tiempo de todo, ser madrazas, ir de punta en blanco y quedar como una sílfide después del parto. Cada uno con sus circunstancias y nadie tiene libro de instrucciones, nos guiamos por nuestra intuición y por lo que nos aconsejan otros.
Hoy, mi hijo es tan feliz y risueño que doy gracias por haber tenido el tiempo y la predisposición para poder darle todo lo que necesitaba y más.
Estando así las cosas, y sin dejar de atender a mi hijo, a mi marido y a todo lo demás, por fin estoy incluyéndome yo en todo ello, mi yo completo.